23/8/09

MAXIMILIEN FRANCOIS ROBESPIERRE....

Nació en una ciudad ubicada al noreste de Francia, en el límite con los países bajos, llamada Arras, el 6 de mayo de 1758, y recibió el bautismo con el nombre de Maximilien François Marie Isidore de Robespierre.
Fue su madre la hija de un empresario cervecero, llamada Jacqueline-Marguerite Carraut y su padre un reconocido abogado, de nombre François de Robespierre. El matrimonio, perteneciente a la pequeña burguesía, tuvo cuatro hijos más, siendo Maximilien el mayor, que tuvo que cuidar de sus hermanos, colaborando con su abuelo y sus tías, con tan solo 9 años, cuando al nacer muerto el menor, se llevó consigo la vida de su madre, quedando los niños sin protección paterna, ya que François de Robespierre, abandonó a su familia, con destino a América, incapaz de hacerse cargo de ella en soledad.
Creció desconfiado y encerrado en sí mismo, tal vez por sus carencias afectivas. Estudió en el Colegio Luis el Grande, en su ciudad natal, y luego se trasladó a París, alcanzando el título de abogado en 1781, carrera que ejerció prestigiosamente en Arras. Apasionado lector de Rousseau, sus ideas del contrato social, calaron hondo en su pensamiento, contra el absolutismo monárquico.

La situación de Francia era crítica. El rey observaba el crecimiento de las ideas iluministas, junto al poder de la burguesía, que reclamaba participación política, y entonces, para calmar los ánimos y conseguir cierta aprobación de esta clase, decidió por primera vez cobrar impuestos a la nobleza. Luis XVI convocó a los estados generales, presionado por los nobles que se negaban a pagar impuestos, aferrándose a un privilegio del que gozaban desde siempre.
En abril de 1789, se presentó en las elecciones del Tercer Estado, por Artois, dentro de los estados generales, obteniendo el quinto lugar, y comenzando a destacarse por su elocuencia, su defensa de las clases desprotegidas, su oposición a la tiranía, y el extremismo de sus ideas.

Al crearse la Asamblea Nacional, integró, el grupo más radicalizado de la Revolución Francesa, el de los jacobinos, llamados así por reunirse en el recinto de los monjes jacobinos. Pasó a constituirse en líder de este sector, sobre todo cuando fueron reprimidos por La Fáyette, al pedir que el rey abdicara en Campo de Marte (17 de julio de 1791) y el resto de los miembros emblemáticos debieron ocultarse, como Marat, o exiliarse como Danton, que debió buscar refugio en Inglaterra, mientras Robespierre pudo quedarse en París, protegido por un ebanista llamado Maurice Duplay, en cuyo hogar donde residió hasta su muerte.
Opositor de los girondinos moderados, de quienes se distanciaba por bregar por el sufragio universal, y estar en contra de la guerra con las potencias extranjeras, fue apoyado por los sans cullotes, sector más radicalizado y agresivo de la revolución, formado por los miembros del tercer estado que podríamos llamar clase media, ya que no eran ni los más pobres ni los más adinerados, sector que había sido siempre desplazado en sus reivindicaciones de derechos, y por eso había acumulado inmenso rencor.
En 1791, los girondinos lograron dictar una constitución donde se establecía una monarquía limitada por el parlamento, con derecho de voto restrictivo a los que pagaran impuestos.
La Convención Nacional que asumió el 20 de septiembre de 1792 , comenzó siendo una asamblea moderada, dividida entre los girondinos, los del pantano, que eran neutrales, y los jacobinos, que ahora se denominan montañeses, representados en las figuras de Robespierre, Danton y Marat. En enero de 1793, se produjo la ejecución de Luis XVI, alentada por Robespierre, y su grupo revolucionario. El 6 de abril de 1793 se creó el Comité de Salvación Pública para impedir que las potencias europeas lograran restablecer la monarquía. En octubre de 1793, los jacobinos se impusieron por sobre los moderados, sobre todo luego de la traición del gral. Dumouriez, naciendo un nuevo régimen llamado del terror que suprimió el régimen monárquico en vistas a instalar un sistema de gobierno republicano.

El terror alcanzó a todos los enemigos a su ideario, a los que consideró enemigos de la república, y a los que solo cabía la pena de muerte, incluyendo a los ultra revolucionarios, al mando de Hébert, que había sido su antiguo aliado, y de quien se distanció por motivos esencialmente religiosos.
Las creencias religiosas de Robespierre pueden resumirse de la siguiente manera: Era creyente en un Ser Supremo, la Naturaleza, a quien le dedicó una ceremonia en su honor en abril de 1794, pronunciando un discurso el 7 de mayo, explicando los alcances de esta nueva creencia, que dejaba fuera del alcance de la iglesia y los sacerdotes. La idea de mantener la creencia en Dios y en la inmortalidad del alma, se fundaba en razones de sustento moral para la República. El día elegido para la celebración fue finalmente el 8 de junio.

Así la Convención dictó un decreto por el cual proclamó la libertad de cultos, reprimiendo los actos religiosos fanáticos o contrarrevolucionarios. Hébert era partidario del ateísmo, y calificó a Robespierre de conservador. El 24 de marzo de 1794, este grupo fue eliminado.
No le fue mejor al grupo de “indulgentes” entre los cuales se contaban a Danton y Desmoulins, que intentaron lograr una conciliación entre sectores, moderando el régimen de terror, y perecieron guillotinados por orden de Robespierre el 5 de abril de 1794.
Dueño de una virtud extrema, según su convicción, lo que le valió la denominación de “Incorruptible” se erigió en depositario de la verdad absoluta, pudiendo decidir sobre la vida y la muerte de quienes molestaban a sus planes, de constituir una república basada en la democracia y en la virtud, logrando la aprobación de una ley que permitía en juicios sumarísimos, sin ejercicio de defensa, y eliminando la prueba testimonial, dictar condenas a muerte.

El 26 de junio de 1794, los franceses obtuvieron una brillante victoria en la batalla de Fleurus, en los Países Bajos, contra el Imperio Austríaco. Esto demostró que el terror impuesto en Francia era innecesario, para luchar contra el enemigo externo, ahora derrotado.
Un grupo de opositores dentro de la misma Convención, entre los que se contaban, Carnot, Fréron, Tallien, Fouché y Billaud-Varenne, ordenó su detención, luego de haber sido insultado y obligado a retirarse de las sesiones, lo que se cumplió el 27 de julio de 1794.
Acusado de traidor por la Convención, fue ejecutado al día siguiente junto a veintiuno de sus seguidores, siguiendo el destino que él mismo había impuesto a casi diecisiete mil opositores políticos. Sus cuerpos decapitados fueron enterrados en el cementerio de Errancis.
Con su muerte, acabó también la existencia de la Comuna de París, del Club de los Jacobinos y del Tribunal Revolucionario.

RAMSES II




Nacionalidad: Egipto1326 a.C. - 1234 a.C. Faraón 1301 a.C. - 1234 a.C.

El reinado de Ramsés II posiblemente sea el más prestigioso de la historia egipcia tanto en el aspecto económico, administrativo, cultural o militar. No en balde fue el vencedor de la batalla de Qadesh, siempre según las fuentes egipcias. Ramsés nace hacia el año 1326 a.C., accede al trono imperial hacia 1301 a.C. y muere alrededor de 1234 a.C. por lo que se trata también de uno de los reinados más largos.

Gobernó sobre un mundo en plena transformación lo que hace más interesante este momento histórico. Su abuelo es el faraón Ramsés I, general del ejército y visir, elegido rey de Egipto por Horemheb al no tener éste descendencia. Su padre fue Sethi I, maestro político y militar, siendo su madre la reina Tui, miembro de una ilustre familia de militares. Ramsés II pasó su infancia en Luxor en compañía de sus dos hermanos y sus dos hermanas. Desde pequeño fue educado para heredar la doble corona; un preceptor le enseñaría a escribir e interpretar las imágenes escritas (leer), a conocer los astros, matemáticas y geometría rudimentarias así como profundizar en materia religiosa. Hacia los diez años fue nombrado heredero y comandante en jefe del ejército como primogénito que era; desde ese momento tuvo un harén a su disposición y acompañó a las tropas en algunas campañas contra los hititas y los libios. A los 16 años fue asociado al trono imperial por Sethi, continuando con su educación política.
El visir de Sethi, Paser, posiblemente participó en esta educación, manteniéndose durante veinte años en el cargo tras el fallecimiento de Sethi. Por estas fechas Ramsés participaría en la supervisión de las construcciones de Abidos, iniciándose su afición a las edificaciones. Su primera esposa será una joven de noble familia llamada Nefertari.

 Tenía 17 años Ramsés cuando casó por primera vez; fruto de este matrimonio nació su hijo primogénito llamado Amonherunemef. Paralelamente tomó una segunda esposa, Isetnefret, quien también le dio un hijo llamado Ramsés. Las dos mujeres continuaron procreando, asegurándose así el futuro de la dinastía. La tercera esposa será Hentmire, la propia hermana de Ramsés, siguiendo la tradición faraónica para conservar la pureza de la sangre. Como cuarta esposa eligió a su propia hija, Merytamón, fruto de su matrimonio con Nefertari, casándose también con una de las hijas de Isetnefret, Bentanat. A finales del mes de junio del año 1301 a.C. fallece Seti I y Ramsés II sube al trono como rey del Alto y Bajo Egipto y Sol de los Nueve Arcos. Tenía 25 años.

Sus primeros esfuerzos están encaminados a mantener la paz interior alcanzada en los reinados anteriores, manifestando a los sacerdotes de Amón su deseo de ejercer todos los poderes, evitando en la medida de lo posible influencias del poderoso clero. Para ello elegirá como sumo sacerdote a Nebumenef, persona de su absoluta confianza. Desde ese momento pondrá en marcha un faraónico plan para recuperar las fronteras del Imperio en la época de los Tutmosis y asegurar la paz interior, al tiempo que iniciaba su programa constructivo, símbolo evidente de poder en la época. Ordenó la construcción de un gran templo en Luxor consagrado a Amón-Ra, formando un conjunto con el construido por Amenhotep. También inició la edificación del Ramesseum, en la colina de Sheij abd el Gurnah, junto al que se levantaría un palacio donde supervisar las obras.
Para llevar a cabo estas empresas arquitectónicas era necesario un abundante flujo de oro, procedente en su mayoría de la zona sur del país. Uno de los problemas con los que contaba esta vía aurífera era la escasez de zonas de avituallamiento, especialmente de agua, dedicándose Ramsés a la perforación de pozos para solucionar el problema hidráulico. De esta manera pudo aumentar la llegada de oro para mantener su programa arquitectónico, con el que se congratulaba con los dioses. La recuperación del antiguo imperio provocaría el enfrentamiento con Muwattali, rey de Hatti, conflicto que se prolongaría por un periodo de 17 años.

Con el objetivo de concentrar todas sus fuerzas en este frente, Ramsés se apresuró en instaurar con firmeza su hegemonía en Libia y Nubia.
En el cuarto año de su reinado inició la expedición contra los hititas, llegando hasta Biblos con el fin de establecer bases marítimas de avituallamiento. Mientras Muwattali había establecido una alianza con los príncipes del Asia Menor y Siria para enfrentarse a los egipcios. El enfrentamiento de ambos ejércitos será en Qadesh, desarrollándose una importantes batalla (hacia 1295 a.C.). La batalla no tiene un vencedor claro, aunque Ramsés II se autoproclamó como el gran triunfador, según se desprende de las inscripciones encontradas en los templos de Luxor, Karnak y Abidos. La reacción de Muwattali será establecer una poderosa alianza contra Egipto, involucrando especialmente a Benteshina de Amurru, tradicional aliado egipcio. Durante doce años Ramsés se dedicará a reconquistar el imperio asiático y africano.

Las revueltas de Canaan, Moab y Edom fueron rápidamente sofocadas, recuperando Egipto la soberanía sobre estos lugares, logrando preservar el imperio asiático hasta el río Orontes. El siguiente paso dado por Ramsés será aprovechar el momento de debilidad de los hititas, tras el fallecimiento de Muwattali y el enfrentamiento sucesorio entre Mursil y Hattusil. Ramsés atravesó Canaan, tomando el puerto de Ascalón y la ciudad de Jaffa. Reafirmó el control sobre los puertos fenicios del Mediterráneo y penetró en la zona sur de Siria, tomando la ciudadela de Dapur, en el reino de Amurru. Tras asentar en cada una de las plazas tomadas una potente guarnición armada, Ramsés decidió ocuparse de sus posesiones en Africa.

 Estableció una serie de colonias en las costas de Libia y construyó un amplio frente de fortalezas con el fin de tener vigilada a la población y evitar revueltas. En el décimo año de reinado surgen nuevos incidentes en Asia por lo que Ramsés vuelve hacia Fenicia, recuperando algunas plazas que habían caído bajo soberanía hitita. Para evitar entrar en un conflicto mayor, Ramsés regresó a su capital, para vivir un breve periodo de paz y prosperidad económica. Tras algunos años de tensa paz en Asia, surge un nuevo conflicto entre Egipto y Hatti. Babilonia se alía con los hititas y rompe relaciones con Egipto. Ramsés se colocó de nuevo al frente del ejército y partió en dirección al sur de Siria donde tuvieron lugar duros enfrentamientos que se decantaron del lado egipcio. La solución a estas constantes luchas vendrá de la mano de un tratado de paz firmado entre Ramsés II de Egipto y Hattusil de Hatti (hacia 1280 a. C.), uno de los mayores éxitos del reinado, inaugurando un periodo de paz y prosperidad económica y cultural. La frontera de ambos países quedaba limitada por el Orontes, mientras Hatti mantenía su soberanía sobre Qadesh y Amurru y Egipto dominaba los puertos fenicios. El tratado incluía ayuda militar recíproca, asumiendo la lucha contra enemigos comunes.
Desde ese momento, Ramsés dedicará su tiempo al mantenimiento de su Imperio, un imperio que abarcaba desde Sudán en el sur hasta el Mediterráneo en el norte, desde Libia en el oeste hasta el Orontes en el este. La supremacía de este amplio territorio estaría en Egipto y en manos de su faraón. Para controlar todo este territorio ordenó la construcción de una nueva ciudad llamada Per-Ramsés en la región de Tanis, en el delta del Nilo, y la convirtió en la capital del Imperio al tiempo que se engrandecía y embellecía Menfis gracias a la labor llevada a cabo por Jaemuaset, segundo de los hijos de Isetnefret. Tebas quedaba así alejada del poder político. De esta manera se pretendía alejar del gobierno del país, en la medida de lo posible, a los pretensiosos sacerdotes de Amón, cuyo centro de poder era la ciudad de Tebas. Otra de las importantes empresas llevadas a cabo por Ramsés será la construcción de dos templos excavados en la roca de Abu-Simbel: uno dedicado a Ptah, Ptahtatenen, Hathor y el propio Ramsés mientras que el otro se dedica a Hathor y Nefertari. Con el fin de mantener la paz entre Egipto y el reino de Hatti, Ramsés contraerá matrimonio con una princesa hitita a finales del año 33 de su reinado. Ya había celebrado sus dos primeros jubileos - fiesta que se realizaba después de 30 años de reinado y posteriormente cada tres - llegando a celebrar hasta 11 jubileos.
 
La primogénita del rey Hattusil se convertía en la quinta Gran Esposa Real con el nombre de Mathorneferure, al margen de las numerosas concubinas que tenía el faraón, hablando algunas fuentes del nacimiento de más cien hijos en el harén de Ramsés. El matrimonio con la hija de Hattusil sirvió para fortalecer la paz, impulsando el comercio y las relaciones culturales entre ambos países. Con el fin de reforzar la amistad entre Hatti y Egipto, Hattusil ofreció otra segunda hija en matrimonio a Ramsés, convirtiéndose ésta en una concubina. El periodo de paz será aprovechado por Ramsés para favorecer la prosperidad económica y cultural de Egipto, al tiempo que estrechaba la vigilancia sobre los instrumentos de gobierno de su reino.

Para ello se rodeó de un amplio grupo de estrechos colaboradores, miembros de las familias más cercanas a su persona, creando una élite burocrática. En los últimos años de su reinado, Ramsés pudo apreciar como se iniciaban las presiones de los pueblos procedentes de Europa, pueblos que llegarán a tomar Egipto en el año 1200 a. C. Dentro de estos movimientos demográficos encontramos la huida de la población judía de Egipto, liderada por Aarón y Moisés. Tras 67 años de reinado y a la edad de 92 años, Ramsés II fallecía a causa, según el egiptólogo Esteban Llagostera, de una caries del maxilar inferior que le provocó una infección sanguínea definitiva. En el trono de Egipto dejó a su hijo Mineptah, fruto del matrimonio con Isetnefret, nombrado heredero tras el fallecimiento de algunos de sus hermanos mayores.



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PUBLIO ELIO ADRIANO....




Adriano. Publio Elio Adriano
Nacionalidad: RomaItálica 76 - Baia 138 Emperador 118 - 138

De la importancia de la provincia de Hispania en el mundo romano da fe la existencia de tres emperadores originarios de estas tierras: Trajano, Adriano y Teodosio. Adriano había nacido en la ciudad bética de Itálica, en el seno de una familia romana. Al quedar huérfano, fue adoptado por el emperador Trajano, costumbre muy habitual en la sociedad romana. Cuando Trajano falleció fue sucedido por su hijo adoptivo quien tomó el nombre de César Trajano Adriano Augusto.
Quizá para asemejarse al primer Augusto buscó la paz como máximo objetivo por lo que finalizó la larga y sangrienta guerra contra los partos, abandonando el control de Asiria, Mesopotamia y Armenia. La disminución del territorio imperial provocó cierto descontento entre algunos miembros de la clase militar que se conjuraron contra el emperador. La conjura fue descubierta y los participantes castigados. De esta manera veía reforzada su posición y podía poner en marcha su programa. Uno de sus primeros objetivos sería conocer los problemas de los súbditos imperiales por lo que llevó a cabo una amplia serie de viajes por todos los confines del Imperio, haciéndose eco de las necesidades que le eran presentadas. En su cortejo viajaba un numeroso grupo de técnicos que ofrecían posibles soluciones a los problemas planteados.
La Galia, Britania -donde levantó una muralla de 117 km entre el mar del Norte e Irlanda- y Germania fueron las primeras etapas del viaje, permaneciendo alejado de Roma por un período de dos años. África y Siria serían sus próximos destinos, poniendo fin a este periplo por Oriente en Grecia, el territorio más admirado por Adriano que se reconocía enamorado de todo lo heleno. Será en el año 134 cuando regrese definitivamente a Roma tras diversos viajes por la zona occidental del Imperio. Este momento de paz trajo prosperidad económica al imperio.. La paz que vivió Roma en estos años se vio alterada por la sublevación de Judea entre los años 131-134. La revuelta estalló porque Adriano prohibió la circuncisión y pensó fundar un santuario a Júpiter en el lugar del templo de Jerusalén. Tras varios años de sangrientos combates, la rebelión fue sofocada. Adriano también se interesó por las reformas administrativas y económicas.
El Senado vio como sus poderes eran entregados al Consejo Imperial, dividiendo en diferentes ramas sus competencias y colocando al frente de cada área a un ministro, dependiente directamente del emperador. El consejo privado del emperador pasó a ser público y la hacienda sufrió importantes reformas. Como la mayoría de los emperadores, Adriano también dejó sus construcciones en la ciudad de Roma. Cerca del Tíber levantó un gigantesco mausoleo que será la base del castell Sant´Angelo. En las cercanías de Tívoli edificó una suntuosa villa que recibe el nombre de Villa Adriana donde recogió las reproducciones de las obras de arte que más le impresionaron durante sus viajes. Los últimos años del emperador fueron un continuo sufrimiento debido a los frecuentes ataques de melancolía, recordando la muerte de su querido Antinoo en el Nilo y el fallecimiento de su hijo adoptivo, Lucio Cejonio Cómodo Vero. Como sucesor eligió a Antonino Pío.

14/8/09

PERICLES.....

Pericles: Nacionalidad: Atenas495 a.C. - Atenas 429 a.C. Estratega - 429 a.C.

El impulso dado por Pericles a Atenas tanto en el aspecto cultural como político convertirán a la ciudad en la más importante de su tiempo. Pericles era hijo de Jantipo y de Agariste, miembro de la familia de los Alcmeónidas.

Su educación corrió a cargo de los filósofos más prestigiosos del momento -Anaxágoras, Zenón y Protágoras- dedicándose a la política desde joven, participando en el partido demócrata al lado de Efialtés. A su muerte, Pericles -apodado "Cabeza de Cebolla" por su cráneo alargado- se convirtió en el jefe del gobierno desde su cargo de "strategos autokrator".

La política ateniense estará en manos de Pericles durante casi cuarenta años, gobernado de manera casi absoluta aunque periódicamente era reelegido en sus cargos. La base de su política estará en incrementar el prestigio de Atenas, debilitando a Esparta y luchando contra Persia. En primer lugar se alió con Argos, Tesalia y Megara para aislar a Corinto y Egina, al tiempo que ayudó al faraón Amirteo para sublevarse contra los persas. La primera empresa obtuvo un resultado satisfactorio pero en la segunda salió mal parado al ser destruida la flota ateniense.

Las murallas de Atenas fueron reforzadas con vistas a futuros enfrentamientos que pronto se produjeron. Tras la inicial derrota de Tanagra, Pericles consiguió vencer a los beocios y establecer su dominio en la Grecia central. La Liga de Delos iba aumentando sus miembros y Esparta quedaba cada vez más aislada. Atenas establecía las bases de un poderoso imperio. El temor a una ofensiva persa motivó el traslado del tesoro de la Liga a Atenas y la firma de una tregua de cinco años con Esparta, promovida por Cimón (451 a.C.). Buen parte del tesoro sería utilizado para poner en marcha la construcción de un buen número de obras públicas y monumentos encabezados por el Partenón, joya de la Acrópolis ateniense a la que se accedía por los famosos Propileos.

Las protestas surgidas por el traslado del tesoro entre los miembros de la Liga se reprimieron duramente. A mediados del siglo V a.C. inició Pericles una nueva campaña de ayuda a los egipcios que también acabaría en fracaso. Para evitar prolongar el conflicto se firmó la paz de Calias (449-448 a.C.) por la cual Atenas se comprometía a no intervenir en Chipre y Egipto mientras que Artajerjes respetaba la autonomía de las ciudades griegas del Asia Menor y el comercio griego. Esparta intentó beneficiarse de los conflictos desatados en el interior de la Liga de Delos y fomentó la rebelión de las ciudades como Tebas. En el año 445 a.C. se firma entre Atenas y Esparta una paz que establecía cierto equilibrio político entre ambas ciudades, pudiendo elegir las demás su alianza con una de las dos. Pero la firma de este tratado no evitará uno de los más graves conflictos que vivirá Grecia en el siglo V a.C.: la Guerra del Peloponeso, considerada por algunos especialistas como el vehículo con el que Pericles quería recuperar su prestigio después de los momentos de tensión interna.

Paulatinamente Pericles observó cómo sus amigos estaban siendo perseguidos e incluso su compañera, la bella Aspasia fue denunciada por impiedad, siendo salvada por las lágrimas del propio Pericles. En el año 430 a.C. caía el gobierno de Pericles ante la presión popular que veía cómo la formal democracia se convertía en una especie de tiranía. Al año siguiente una epidemia de peste asolaba el Atica y Pericles era llamado para encabezar el gobierno pero la enfermedad hizo mella en el gran Pericles y falleció en 429 a.C. Atenas quedaba empeñada en una guerra que provocaría su ruina.